16 Agosto 2016
MI EXPERIECIA EN LA JMJ DE POLONIA 2016
Hola a todos. Lo primero que tengo que dar es las gracias a Dios por permitirme ir y vivir esta gran comunión con la Iglesia y con jóvenes de todo el mundo.
La verdad que a 4 semanas de partir y con todo ya pagado empecé a dudar seriamente sobre si ir o no por los distintos acontecimientos que se han venido sucediendo últimamente, pero tenía que tener confianza en Dios; Él nunca nos deja solos, por lo que,-confiando- , despegué rumbo a Polonia.
Y qué bonito es abandonarse en Él, porque ha sido la mejor experiencia de mi vida, a pesar de que las familias no hablasen otro idioma más que polaco, y a pesar de las caminatas y el cansancio.
He podido ves cuánta hospitalidad y entrega tiene el pueblo polaco. Me ha hecho cuestionarme si yo hubiese sido capaz de dar mi cama y dormir yo en el sofá como hizo mi familia polaca. He podido ver una juventud unida y entregada a Dios, entusiasmada y alegre y he podido palpar una gran comunión fruto del lenguaje universal, el amor.
Las jornadas mundiales de la juventud, más que un encuentro con el Papa, - al cual me emocionó ver y escuchar en directo-, son un encuentro con la Iglesia y con sus diferentes diversidades. Un encuentro de enriquecimiento a todos los niveles que me ha hecho más humana, he tenido un recogimiento espiritual, me ha ayudado a socializar con otras culturas e idiomas…en definitiva, una pasada.
Yo animaría a todos los jóvenes que lean estas líneas, a que si tienen la oportunidad no se lo piensen dos veces y que confíen, que el Señor se derrama y tiene auténticos regalos para cada uno de nosotros.
Solo queda esperar para poder poner rumbo a la siguiente JMJ: ¡PANAMÁ!
Esther.