25 Diciembre 2015
A lo largo de las cuatro semanas del Adviento, hemos ido añadiendo rayos a la estrella, poniendo el acento en algunos aspectos de nuestra vida cristiana. Hoy, fiesta de la Natividad del Señor, Jesús nos recuerda que EL ES LA ESTRELLA.
El mejor sermón de Navidad no fue pronunciado por ningún célebre predicador, sino cantado por un coro de ángeles. "Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor" (Lc. 2, 14)
"Gloria a Dios" es una breve, pero poderosa plegaria de adoración. "paz en la tierra" es la expresión de la misión del Señor hacia un pueblo lleno de violencia, odio y desconfianza mutuos. Al contemplar el niño en la cuna, deja que en tu mente y en tu corazón resuene, como un mantra, la canción de los ángeles. Experimenta la paz que sólo Dios puede dar.
Pide la gracia de dar gloria a Dios enregándote a los demás para crear una atmósfera de paz. Pide al niño Jesús que te llene de su gracia y de su paz.
Cuando llegue, lo conocerás, no por el redoble de sus tambores, ni por lo imponente de su aspecto, ni por su atuendo suntuoso, ni por su manto o su corona. Sabrás que es él por la armonía que su presencia hará vibrar en tí.